18 de octubre de 2008

TORMENTA

La furia y el pésame, habían tomado el control de su mente. Ahora se mezclaban en un menjurje de ideas, tal vez la palabra menjurje no se la adecuada, tal vez se podría usar la palabra caos, alboroto, rió, tiradero, son muchas las imágenes practicas para este solo concepto. Pero la mas aproximada, la mas tangible seria la forma de una tormenta.
Una tormenta negra oscura y violenta que cubría toda la faz de su mente, que envolvía toda idea pura y tranquila, y esta era a su vez transformada en otra idea, otra forma negra y densa que se sumaba a su gran nubarrón de paranoia.

Trago, dejo pasar esa sensación áspera por su garganta como tantas otras veces y empezó a preguntarse, cual era la causa de todo.
¿Que había desatado tal infierno? ¿Porque sentía el deseo de correr, de huir de sus pensamientos? ¿Quien, que le había echo esto? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Porque?
Las preguntas solo sumaban caos, confusión, y esta a su vez invocaba a la furia, a la violencia. El thanatos superaba con creces cualquier deseo positivo, cualquier intento de calmarse era destruido por los seres que rodeaban a su persona. Esos espectros tangibles, torturándolo, destruyendo cada gota de paz que podía quedar en su el.

Un instinto de autoflagelación, de dolor, lo invadía. Se concentraba todo lo que podía para quitar de la ecuación las preguntas.
La primera llego rápido gran parte de lo que ocurría era causa de una sensación.
Se sentía segregado, aquellos que eran sus amigos lo habían ayudado, que lo habían acogido, le hablaban solo lo justo y lo necesario, no entendía porque y aunque su ser racional le decía que sus motivos eran errados e injustificados, aun así se sentía abandonado desde hacia meses.

Luego todo cobro sentido. Sus pensamientos lo habían atrapado desde hacia ya días, quería correr porque se encontraba encerrado allí en su cabeza, dentro de su mente, dentro de una enorme habitación con paredes de algodón.
Desde hacia años lapsos de furia lo abrazaban cual lenguas de fuego, y el cedía dañando a todo el que lo rodeara, tal vez fuera eso por lo que lo habían dejado solo, abandonado.

No los culpaba, el cuando no importaba, el que donde era irrelevante, el porque era obvio, y el culpable era el mismo, como siempre lo había sido, cuando todo se nublaba y cuando todo se ponía oscuro la violencia lo dominaba, esa violencia que lo había segregado, esa confusión que lo hacia atarse para no caer de su camilla.

Todo era suya como había sido siempre, pero ya pasaría el efecto de la pastilla estaba empezando a surtir efecto. Y la tormenta seria lo que menos le importara.

No creo que tenga mucho que decir solo salio y creo que sensillamente me encanta. Saludos y firmen q decir hola y Pase, te quedo lindo, te quedo feo no cuesta nada.

balzhak

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